Algunos objetivos del Programa Internacional consisten en identificar y medir las competencias, evaluar el impacto de estas competencias en los resultados sociales y económicos, y evaluar la eficacia de los sistemas de educación y formación en la generación de competencias necesarias.
Según el Programa
Internacional para la Evaluación de las Competencias, donde se valora el grado
y distribución de las destrezas de la población adulta a lo largo de su vida
laboral (16 a 65 años), los trabajadores mejor formados tienen menor riesgo de
perder el puesto de trabajo.
Además, la formación
continua contribuye de forma positiva al mantenimiento de las destrezas. Las
personas que recibieron formación en los doce meses anteriores a la encuesta
obtuvieron puntuaciones más elevadas en ambas competencias. También obtuvieron
mejores puntuaciones aquellos que tenían una formación más ajustada al puesto
de trabajo.
Por otro lado, una
proporción alta de adultos españoles tienen escaso conocimiento del uso del
ordenador, y una gran proporción muestra muy pocas competencias a la hora de
acceder, analizar y comunicar información a través de medios digitales básicos.
En los sectores
tecnológicos, los trabajadores necesitan actualizar sus competencias y
mantenerse al día con técnicas que cambian rápidamente. Los trabajadores de
sectores de baja tecnología y aquellos que desempeñan tareas de baja
cualificación deben aprender a adaptarse, ya que están en mayor riesgo de perder
su trabajo al sustituirse las tareas rutinarias que realizan cada vez más por
máquinas, y a que las empresas pueden trasladarse a países con menos costes
laborales.
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